Desaparecidos

Clara sale cada mañana, cuando el sol aún no ha despuntado. Lleva en su mano un manojo de fotocopias y una cinta adhesiva, sin embargo, lo importante es lo que lleva en el corazón. Clavado a lo hondo de su pecho, está el dolor, las lagrimas, la ausencia... pero también la esperanza. Ella vive de ilusión, de ese sentimiento inexplicable que mezcla la melancolía con la nostalgia, el anhelo con el amor.

Mientras avanza florecen los pasos de una nueva lucha, del silencioso y desesperado caminar de los que no están.

Su aroma a lavanda inunda las calles, se propaga por los rincones, al igual que las fotografías que lleva bajo su reboso. Escucha voces cortadas, murmullos que dicen: "yo lo vi paseando por La Alameda", "si apenas ayer estaba aquí", "otra más, hasta cuándo terminará todo esto"; pero sigue caminando, fuerte, mística y enigmática, como la Frida que tanto admira.

Cada desaparecido es una flor que se marchita, una semilla que dejo de germinar, mas, si se encuentra, es alegría para la familia, reconciliación con la patria herida. Se dice a sí misma, mientras coloca otros tantos afiches en postes y casetas telefónicas.

Avanza suspirando, como dibujando historias con el aire que exhala su boca, cuentos que terminan en finales felices, de familias unidas y gobiernos que actúan. Es una soñadora, sin embargo su lucha es todavía más grande. Conoce los riesgos de su labor, puede ser que por eso sus pies no dejen huellas; y sin embargo su latido hace eco en cualquier corazón.

Cuando termina la difusión, se sienta y descansa un poco, mirando al cielo y preguntándose si vale la pena; respondiendo automáticamente: "A dónde van los desaparecidos", y nuevamente se levanta para seguir sonriendo, floreciendo, encontrando. Y así lucha clara, con una consigna entre los labios, con una misión entre las manos, pero más especialmente, con un espíritu que no cabe en el corazón.

La única petición de los desparecidos es no ser olvidados, ella lo sabe bien, es una mujer llena de recuerdos y sonrisas.


Siempre gracias mi querida Clara Iveth, éste es solito para ti :)

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