Exilio

El mundo no es el mismo, los perros no persiguen su cola y los pájaros cantan a media noche, algo debe estar mal, alguien debe estar nostálgico.

Es de noche pero entre las nubes el cielo se abre y resplandece, al parecer una estrella también agoniza, otro corazón se desangra y otro vientre se contrae. Las luces prevalecen encendidas, sin otorgar más que chispazos absurdos, al igual que el corazón, late de manera irregular; esto ya es la crónica extraña de una ciudad de ausentes, de un mundo vacío.

Tenemos que esperar, ahogar la razón, el extraño discurso que nos orilla al olvido. La vida nos desprecia y nos orilla al exilio. La muerte nos abraza , nos orilla a su lecho.

No podemos dormir, tenemos muchas historias para contarnos, muchas caricias que no nos hemos dado, quizá al amanecer podamos descansar. Las horas se rinden, nuestros corazones se mantienen atrincherados, pero eso no basta.Nuestros deseos se oponen a la libertad, es esa la causa de nuestro desvelo, de nuestra insólita manera de añorar.

Lloramos por la falta de libertad, por el exceso de ella, pues son ganas de soñar, pero eso no es posible en patio ajeno.

En este punto ya no existen anhelos, la diplomacia los derrumbo; ya no hay orgullo ni patriotismo, tan sólo clandestinidad y sueños de otro espacio. Se nos niega el andar, se nos arraiga al anonimato, a la errante agonía, al suelo ajeno, a los albores de otro cielo.

Ante la expulsión, la mudanza. Las ideas que se van, los recuerdos que se ofertan, las amistades que se reforman y desechan, los caminos que se separan y llenan de polvo la boca. Esta es la vida de los fantasmas, de los apestados de la patria, los que no tenemos lugar.

1 comentario:

  1. Porque me suena tan familiar... Excelente amigo, siempre tocando fibras

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