La voz de oro



Se fue, afuera entre amargos y tristes lamentos, el pueblo conmovido buscaba escuchar su ultimo adiós; su última canción. Es ignorancia, es falta de comprensión, pues en su estancia, rodeada del misticismo que rodea su aun menguante leyenda, mira al vacío, a el pasado y a el futuro, que en su antesala de luz dorada, permea ante aquellos acordes que acompañaron el sentimiento de un México viejo, de un sabor a anteayer.

El olor a tequila emana desde tu boca, parece que suena un tango y un mariachi al fondo, pero tu tan fresca como flor de canela pides que nos caiga el último trago.

Pides que aquella huesuda presencia se siente con nosotros, que traiga a nuestra memoria el campo y las noches de estrellas, que  la luna que nos ronda se perfume de leña quemada y así, entre esencias de copal y rosas nos vayamos juntos, cantando la llorona, recordando su beso y el de nuestra madre patria, esta que adoptamos y por la que reímos y lloramos.

Afuera ya se escuchan los sones de la huasteca, los del istmo, los de José Alfredo, sabes que hay que atravesar el umbral, pero aun tienes algo que decir, tus lágrimas ruedan, pero aun quieres sonreír. Quieres cantar y decirle a tus corazones queridos, no me voy, con ustedes me quedo.

Nuestra expirada noche de luna, te reclama, con dulzura entonas algo que versa sobre tu verdadera 
noche de boda, de tus amores con la vida y de que aunque no vuelvas, hoy con locura amas tus huellas, el recuerdo ahogado que tus ojos guardaron. Hay miel en tus palabras, aguardiente en la pasión con que hablas, sin embargo hay nobleza en los besos que repartes a tu doloroso hace poco. Tus ojos brillan, comienzan a cerrar, pero tu boca canta y canta, tu voz no flaquea, es potente y atronadora.

El llanto me inunda, la canción ha llegado al final, fue una hermosa serenata para tu mundo raro, para tus palomas negras, esas que hoy miramos al fondo de tu leyenda para esperarte en la alborada del infinito.

Hasta siempre Chavela, gracias por darnos la mano y ponerla en tu pecho. Por sangrar por una patria que siempre te acogerá y mantendrá en el corazón.

1 comentario:

  1. Por que las diosas nunca se van, sólo trascienden, inspiran versos y nos esperan del otro lado del río...llorando llorona...

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