Las venas abiertas de México

México tiene las venas abiertas, es el trabajo y esperanza de su gente lo que se derrama. Un sueño infernal de carencia y represión mantiene a la gente en un ánimo exacerbado, tímido, depresivo, mortuorio, luctuoso, o como se le quiera llamar al destrozo e indignación que se alcanza a notar en los ojos de la gente de este pais.

Galeano en su crónica de los despojos de los pueblos de América resaltó los sentimientos ahogados de las naciones, hoy más que nunca, o quizá igual que siempre, México agoniza en brazos de aquel ahogo, de esa reverberación gutural que oprime el aliento.

El dolor se transmite y es ese silencio sepulcral el que indica que la situación es aun más miserable de lo que se tenía en expectativa. La gente está paralizada, cabizbaja, desmoralizada... Duele que el orgullo de un pueblo milenario y místico se encuentre arrodillado, amenazado por la corrupción y la indiferencia. Duele aun más que este pueblo se olvide de quien es y ponga el primer puño de tierra en la historia que olvidó, en los hechos que alguna vez le dieron identidad.

En los ojos de quien ama a este pueblo se nota rabia, tristeza... desesperanza. La sangre y las ilusiones de la sociedad mexicana han sido ultrajadas; se ha violado la consciencia del mexicano, siendo esta la peor de las muertes, pues quien pierde su consciencia está condenado a llorar y lacerarse hasta reencontrar aquella dosis de amor para sí mismo y su patria. Es de tal magnitud esta profanación idiosincrática desgarra el honor y la nobleza, ya de por si olvidadas, impone cadenas y "desmadra", hágase uso valido de la palabra, lo poco que quedaba de valor en la transgredida ética del connacional.

Es esta actualidad que agobia la que obliga a desenpolvar la cultura y más especial aun, obliga al mexicano a deshacerse de prejuicios, de partidismos inútiles, de individualismos, hoy México está obligado a unirse. Un desafío a esas mismas relatos que no se recuerdan, a esas ilusiones que se escapan de las venas reventadas de su gente.

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