El día que me mates
hazlo despacio y en silencio,
para que la muerte venga sin sobresalto.
Indícame que ya es hora; déjame pronunciar algunas palabras sueltas y
permite que cierre los ojos.
Hazlo de noche,
para que el amanecer sepa que me he ido,
colócame de manera apacible,
igual a cuando dormía agotado y sin angustia.
Sé efectiva y no dudes ni un segundo,
si es preciso ten un plan complementario,
o dos, o diez.
Corre solo si la situación lo amerita,
pero no huyas,
no es un crimen si de antemano se avisa.
Llévame hasta el olvido,
no harán falta funerales o protocolos,
Y no lo recuerdes,
hay muertos que no deben nombrarse, dicen que son a los que les gusta regresar.
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