ROSENDA
A Rosenda le robaron el nombre,
le negaron la identidad,
le quitaron la vida,
la hicieron resucitar.
En la bóveda celeste.
Rosenda en el tren y la canción.
Le ultrajaron la materia,
fue el machismo y la explotación,
la salud se la hicieron suspiro,
en pedazos el corazón.
En la bóveda celeste,
Rosenda y la guerrilla en El Salvador,
Allí está la carne extraviada,
trabajar más allá de las dos,
vagabundos los abrazos,
también el temor de Dios.
En la bóveda celeste,
Rosenda y el oso panda.
Apremiante a mitad de la noche,
estrechando con bondad y calor,
resistiendo hasta el sollozo,
brindando algo mejor.
En la bóveda celeste,
Rosenda los sueños y el amor.
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