Viaje a Cómala

Quién no vaga como Juan Preciado,
quién no está condenado a buscar,
a desenterrar a sus muertos,
a suspirar por todos los que se van.

Somos materialismo inerte,
estructura con carencias de vanidad,
manojo de recuerdos sin dirección,
anhelo de que volverán.

Es que también vivimos de ansiedad,
imaginando aunque sea una caricia,
una palabra que brinde aliento,
caricia para los días que vendrán.

Por eso permanecemos en el limbo,
en búsqueda de alguna verdad,
rescatando las memorias empolvadas,
soñando que nos reencontrarán.

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