Tierra e ilusión

El camino se extiende, pero al frente queda el mismo panorama, tierra que se arremolina en figuras de encanto y misticismo, destilado de los sueños y el relato de los ancianos, de aquellas fantasías que sólo son configuradas al pisar suelo ajeno; no hay más, únicamente estos cerritos de formas crispadas y fantasmas errantes. Nada más.

La caminata es larga, nos cubren las estrellas, pero el polvo cala en la garganta. Busco sobre mis pasos alguna respuesta del presente perturbado, del pasado necio y el futuro ajeno, pero hasta las huellas son aparentes, pareciera que ya no me siguen.

Un pequeño descanso aguarda al frente, no es coincidencia, es otra jugarreta del destino que me obliga a recordarle; miro alrededor, hasta donde dominan los rayos de luna, donde la soledad se encaja en el corazón. Dibujo el nombre de la derrota sobre el terreno fértil, parece que devuelve un retoño de vida, un hálito pequeño de algo verde. Ahora interpreto la esperanza y miro más de un horizonte, me reintegro al andar y susurro al viento el apelativo al que responde.

Un cielo incróspito se dibuja a la lejanía, es como si comenzara a llover, pero el ambiente se nubla y se llena del olor a madera quemada; levanto la mirada y descubro el humo de una fogata, un lugar abandonado, donde puedo entregarme a una nueva meditación, a preguntarme como conquistarte y detonar en tus sentidos la más grande revolución.

Hay café caliente, señales de caminar, no hay duda que es la muerte la que me invita a cenar. La recibo con alegría, pues nomás quiere platicar, la abate mal de amores y pensamientos de caridad.

Me induce en el sueño, me lleva a el abrazo que imaginé. Se acerca la mañana y se debe reanudar el camino, ya la tierra ha devuelto calor y esperanza, quiere que se le retribuya con el caminar.

El sol se postra en los límites del dominio de la naturaleza y el aire y el manto celeste pasa a los tonos escarlatas que pulsan la sangre y pululan el alma. Ha llegado otro día y una esperanza más, quizá tras ese cerro, o a lo mejor al siguiente,  reviente el anhelo y se reencuentre el corazón.


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